martes, 27 de diciembre de 2011

1983.

Nada mejor que tener en las manos una figura de la película que marco una buena parte de mi vida. Después de STAR WARS no había nada en absoluto que se le comparara. Todo era punto y aparte en comparación a lo que había visto en el cine. Si bien la década de los ochenta era un eterno descubrir con todo lo que acontecía, el año de 1983 fue el año en el que de alguna manera veía diferente la vida. El paso de la primaria a la secundaria y en el que se me hacía más marcado todo por mis padres, en especial si esperaba un regalo de navidad que fuera una figura de las películas de STAR WARS.
Ese fue el último año que recibí juguetes. Afortunadamente eran catorce figuras y dos naves, era el final del mismo principio para que hoy en día mi colección la haya seguido yo año tras año.


RUBéN

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