viernes, 30 de diciembre de 2011

Hasta el fin del mundo.

Correr es lo que más haces cuando eres niño y correr es una forma de jugar, pues existían juegos como los encantados o la roña, en los que correr era primordial para jugar. En la mayoría de los juegos con mis amigos, siempre inyectaba un poco de imaginación y recordaba una frase que había escuchado en alguna caricatura donde siempre se correteaban y eso me hacia correr más para no ser atrapado y viceversa. La frase era: "Te perseguiré hasta el fin del mundo" no recuerdo bien si la escuche en los capítulos de ¡Ahí viene... Cascarrabias! o en alguna otra, lo que si, es que yo corría y corría todo el día; Aunque pareciera ser inalcanzable un día de pronto se me acabo el camino, en un lugar donde los niños corríamos plenamente, ese lugar era la explanada de la escuela en la Colonia donde he vivido hasta hoy. Es un ángulo como de forma peninsular, entre las escaleras de Directores y la lateral Tequesquinahuac, que me hacía sentirme sin salida, teniendo como alternativa el saltar precipitadamente si es quería no ser atrapado. Así que sin más y recordando aquellos días de la infancia, a ese lugar de piedra rosada con un letrero del nombre de la calle Directores, lo nombre como "El fin del mundo".


Quizá en estos días el fin del mundo sea de otra manera, pero a mí era lo que me hacía detenerme sin escapatoria para ser encantado o empezar a corretear para deshacerme de la roña.






RUBéN

jueves, 29 de diciembre de 2011

La vida más concreta.

Es verdad que me de gusto en grado diferente encontrarme amigos o personas que conozco. Después de la sonrisa y el cordial saludo, es casi infalible un cuestionario, desde la primera pregunta del ¿Cómo estas? y el ¿Cómo te ha ido? o la frase con la que se puede dar pie de las anteriores preguntas y esa es: ¡Pero que milagro!


Lo que yo no he aprendido aun, es saber surfear esas olas de preguntas. Más bien medir la información que de mí o de mi familia que quieren saber. Porque creo que se puede tener amigos y a esos tenerle la confianza de platicarles algunas cosas, aveces y sin esperar una respuesta o un remedio sino sólo un consuelo, en que te escuchen y desahogar las penas diría yo. Las personas "amigos" que me encuentro de vez en cuando y que de repente te ven pero sufren amnesia momentánea y que sin encontrar otra frase más que la de: "Perdón no te reconocí" "Pensé que eras Steve McQueen" eso en medida de lo ocurrente. Pero cuando no hay escapatoria porque el camión en el que viajamos va repleto son las mismas preguntas de siempre, indagando hasta del perro que desde que era chico lo regalaron mis Padres a la tía Enedina. Lo curioso es que yo si respondo todas y cada una de las preguntas. Lo ambiguo es cuando decido preguntar y pareciera que a él o ella nunca les pasara nada, nada de nada, un simple bien, bien, es la remota respuesta, casi igual que el pingüino Chilly Willy.






RUBéN

miércoles, 28 de diciembre de 2011

Epifanías.

Los regalos, los abrazos, los buenos deseos, las felicidades, en fin todo eso. Es más, todavía allá por finales del mes de Enero escuchaba a uno que otro señor deseándole el feliz y prospero año nuevo de casa a casa al vecino. A las comadres también, las veía y escuchaba preguntándole una a otra cómo se la habían pasado y cuanto habían gastado en cada fiestita, todo y concluyendo que la dicha y la prosperidad estaría presente en el siguiente año. En general todo un mundo de felicidades, pero no se dejaba de mencionar cada que se podía la palabra: "CRISIS" o la otra "ESTAMOS JODIDOS" y de ahí a que todo se esfumara como un sueño de la cultura tercermundista. De primer año de secundaria recuerdo a uno de esos compañeros de los que no pasan desapercibidos, se podía dar el lujo de no llevar a la escuela el uniforme completo y hasta evitar el corte de cabello que se exigía para tal. El detalle de este personaje del que no recuerdo el nombre sólo el apodo, fue verle vestir orgullosamente una camiseta que decía textualmente: "SOBREVIVIENTE DE LA CRISIS DE 1982" en color rojo y que no se quitaba aun si hubiera mucho frío.





Lo que me da todo esto, es pensar cuantos sobrevivientes y de cuantas crisis seguimos hoy en día deseándonos el feliz y prospero año nuevo.














RUBéN

martes, 27 de diciembre de 2011

1983.

Nada mejor que tener en las manos una figura de la película que marco una buena parte de mi vida. Después de STAR WARS no había nada en absoluto que se le comparara. Todo era punto y aparte en comparación a lo que había visto en el cine. Si bien la década de los ochenta era un eterno descubrir con todo lo que acontecía, el año de 1983 fue el año en el que de alguna manera veía diferente la vida. El paso de la primaria a la secundaria y en el que se me hacía más marcado todo por mis padres, en especial si esperaba un regalo de navidad que fuera una figura de las películas de STAR WARS.
Ese fue el último año que recibí juguetes. Afortunadamente eran catorce figuras y dos naves, era el final del mismo principio para que hoy en día mi colección la haya seguido yo año tras año.


RUBéN

lunes, 26 de diciembre de 2011

"Un día de estos"

De que otra manera si era totalmente dependiente de la voluntad de mis padres y no tan fácil disponía de ir al cine o a otros lados. Así fue que vi pasar esos títulos o enterarme por quienes si asistieron a ver las películas de moda. Muchas de esas las pude ver tiempo después en la famosa"videocasetera"en casa. Flashdance, Footloose, The goonies, Willow, Splash, Christine, Ghostbusters, Stand by me, The NevereEnding Story, Critters y otras más se mantenían en mi memoria, esperando verles. Gracias a que en su momento el soundtrack los hiciera trascender, la frase de mis padres con la que recuerdo estar esperando el dichoso día que obvio nunca llego era: "Sí te portas bien un día de estos"



RUBéN

domingo, 25 de diciembre de 2011

De entre mil batallas.

Obligado por mí mismo a evitar el error
explota dentro de mí una guerra civil,
para dejar de ser el tapete de tus pies,
llegue al limite, se acabo el juguete.

Las consecuencias se asomaran
del letal enfrentamiento, será como
el toque de queda, mi rostro, mi cuerpo,
darán los pormenores de la supresión.

No consiento más los márgenes y las líneas
negándome a mirar atrás con el llanto
y la sangre derramada por esta guerra
haré que valga la pena cada gota de ellas.

Firme, con las cicatrices de la batalla,
no pediré clemencia, ni milagros
a la Iglesia o a la ciencia que brilla por su ausencia,
nadie me pisara dos veces.








RUBéN

sábado, 24 de diciembre de 2011

No escondo, no me miras.

Frente a la cuartilla en blanco
como esperando una respuesta,
quizá una sorpresa.
Acariciando el lápiz y deslizando
de un lado a otro sobre la mesa
la cuartilla en blanco.
Suspiros largos son hondos y otros
entrecortados por mi mismo
que interrumpen la mirada a la cuartilla.

Cuando por fin es una línea
la que del extremo superior izquierdo
baja a donde acostumbro poner mi nombre.

Deja ya de ser inmaculada la cuartilla
tiene ya mis huellas de mis dedos húmedos
que le han quitado la textura lisa.

Frente a la cuartilla no hay respuestas,
ni palabras, ni sorpresas sólo mis párpados
que arden levemente negándose a cerrar.
Seguros de estar fijos a la cuartilla, sin
gota de sueño, me cobijo con la imaginación
sintiendo este rico frío de la soledad.








RUBéN

lunes, 19 de diciembre de 2011

Entre María y Magdalena.

¿Cuanto fue mentira? que de conocerme
quedaste tan arrepentida.
¿Cuanto fue verdad? que lo que te decía
sólo a ti se me ocurría linda María.
Eres ahora una Magdalena que llora de risa
con glamour al mirarme de reojo.
¿Cuanto fue mentira? que soy ahora
el enemigo publico número uno.
¿Cuanto fue verdad? que hoy daría
lo que fuera por tenerte María.
Aunque lloras de reírte Magdalena
tienes aquel recuerdo de un aguacero.
¿Cuanto fue mentira? que teníamos nubes
de color azul cyan entre las manos.
¿Cuanto fue verdad? que en cada beso
te llevaste mi alma.




RUBéN

De día o de noche.

Que pronto se fue la noche,
que rápido también el día
se me ha ido sin aviso previo.
Cada día vivo y muero,
igual que ayer, hoy y mañana,
la calma es aparente.
El vértigo ya no existe en mí
ya perdí el miedo, puedo andar
caerme y levantarme.
La criba se encargara de ubicarme
en la noche obscura, serena,
en el día de luz radiante y sofocar
mis gritos de vivir y morir.




RUBéN

viernes, 16 de diciembre de 2011

Otra vez.

Adiós me dijo sin que me constara
que supiera decirlo.
Jugábamos a Chaplin y yo no sabía
cómo ella lo nombraba.
Otra vez, malaya sean las despedidas
mientras pago las facturas.
Adiós me dijo de lunas y lunares,
tan segura que no habría después.
Así se llama el juego de besar tus labios,
mirar tus ojos y acariciar tu pelo.
Lo que daría hoy por jugar a Chaplin
colgarme de tu cadera y no encontrar el fin.




RUBéN