Correr es lo que más haces cuando eres niño y correr es una forma de jugar, pues existían juegos como los encantados o la roña, en los que correr era primordial para jugar. En la mayoría de los juegos con mis amigos, siempre inyectaba un poco de imaginación y recordaba una frase que había escuchado en alguna caricatura donde siempre se correteaban y eso me hacia correr más para no ser atrapado y viceversa. La frase era: "Te perseguiré hasta el fin del mundo" no recuerdo bien si la escuche en los capítulos de ¡Ahí viene... Cascarrabias! o en alguna otra, lo que si, es que yo corría y corría todo el día; Aunque pareciera ser inalcanzable un día de pronto se me acabo el camino, en un lugar donde los niños corríamos plenamente, ese lugar era la explanada de la escuela en la Colonia donde he vivido hasta hoy. Es un ángulo como de forma peninsular, entre las escaleras de Directores y la lateral Tequesquinahuac, que me hacía sentirme sin salida, teniendo como alternativa el saltar precipitadamente si es quería no ser atrapado. Así que sin más y recordando aquellos días de la infancia, a ese lugar de piedra rosada con un letrero del nombre de la calle Directores, lo nombre como "El fin del mundo".
Quizá en estos días el fin del mundo sea de otra manera, pero a mí era lo que me hacía detenerme sin escapatoria para ser encantado o empezar a corretear para deshacerme de la roña.
RUBéN