martes, 11 de octubre de 2011

Desvaríos.

Yo no siento mariposas en el estomago,
lo mío es un hamster corriendo entre mis visceras,
termitas devorando mis piernas de palo,
y un avismo negro en la garganta.

No es cualquier cosa esta bendita condena,
cada sensación de deformación en mi interior,
sintiéndome perdido y solo en las calles, aunque
cada día de nuevo salga el sol.

Mis pulsos acelerados, la espada sin filo,
un rendimiento como preludio
de que la cortina de acero no se abrira,
yo no siento mariposas en el estomago,
es un roedor pataleando el que me hace desvariar.





RUBéN

No hay comentarios:

Publicar un comentario