miércoles, 15 de julio de 2009

Noche III

Hace unas horas ya
la voz del espejo me ha prestado el traje de noche
esta vez es diferente
es un atuendo simple
tan oscuro cómo los demás
que igual levanta cortinas de humo
atrapa estrellas y oculta a la luna.

Más allá de lo alto de un edificio
doy caída libre cómo un suicida
en picada con las alas inmóviles
hasta llegar al ras del suelo.

El cielo se abre con el aura
calle a calle la luz detrás de mi
desvanece mis alas, perdiendo efecto poco a poco.

Unas horas después
la noche me reclama,
yo no quiero devolver el traje,
la locura me invade y el tiempo me gana,
la voz del espejo se vuelve risa
y viéndole de frente
me arrebata el traje de noche
con el filo del amanecer.



RUBéN

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