En el terreno de los sueños,
miro palomas ensangrentadas
que me devuelven la mirada
en color rojo incertidumbre
unas muertas tiradas a mis pies
y el ambiente confuso,
en un escenario de colores ocre.
Mi imaginación alcanza
dimensiones descomunales,
y rebasa cualquier limite posible.
La confusión aumenta
al enmudecer sintiendo
alambre de púas dentro de boca,
hasta mi estomago.
Aturdido camino de escenario a escenario,
junto con personas en silencio a mi alrededor,
casi siento estar en la novela de Pedro Páramo.
.
Dedicado a Gilberto Escalante Alvarez.
RUBéN
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