A nadie por lo regular le gusta ser etiquetado. Las famosas etiquetas son aquellas de las que la gente puede decir o describir la personalidad que somos, formar un criterio y hasta saber los gustos que podemos tener en la vida. Y sin embargo a esto, no nos gusta ser etiquetados, pues sentimos ser objeto de decisiones ajenas, como ejemplo, podemos buscar sinónimos del etiquetado al que fuimos merecedores involuntariamente, todo y con el fin de cambiar el nombre de la etiqueta que nos han puesto. Sin remedio alguno somos blanco fácil las personas que por lo regular somos extrovertidas o controvertidas y las etiquetas son realmente muy contrarias a la personalidad de uno, pudiendo ser que se diga algo desde la forma de vestir, del peinado y de lo poco o mucho que ponemos atención en lo que pasa a nuestro alrededor.
Nosotros mismos nos enfrascamos en una personalidad, buscamos nuestras propias etiquetas y solemos decir, cuando, cómo y donde nos gusta vivir dentro de nuestro frasco (mundo) y convivir con la gente del exterior, la que no lleva ni tiene etiquetas, la que se lleva una vida plena y relajada en este etiquetado mundo la que solo espera ver pasar la gente y la vida para etiquetarla a su soberano juicio.
RUBéN
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