domingo, 26 de febrero de 2012

Igualito.

La firmeza en las palabras es lo que más convence a cualquiera, de tal modo la mirada y el gesto también podría ayudar a que las palabras sonaran aun más solidas. Por azares de la vida me encontré a un viejo amigo que cuando nos conocimos fue en la época de los ochenta. Ambos recordamos eso, ahora casi treinta años después él con su esposa y su hijo de nueve años paseando en un centro comercial, me comenta de manera insistente "que no he cambiado nada" (...), "que estoy igualito", casi, casi, como aquellos días. De verdad que había pasado un largo tiempo en que nos pudiéramos detener a charlar ya fuera brevemente. Las adulaciones estaban al dos por uno, cosa que yo no podía hacer, de verle tan cambiado y como podría decir ahora: él es todo un señor. Lo curioso de esto y a la vez gracioso, es que él asegura que hasta los lentes de sol son los mismos, el mismo corte de pelo, los pantalones de mezclilla y siempre pero siempre calzando tenis. Sin lugar a duda en la mente de mi amigo la bella época ochentera hacen que mi imagen o mi persona le recuerden aquel tiempo. Lo que no sé de antemano, es por qué piensa que los Wayfarer son de la época ochentera, cuando que se patentaron desde 1953, mis gustos pueden ser casi los mismos de algunas cosas pero ser identificado con la firme certeza de no haber cambiado en nada después de treinta años si es sacar de la historia una firme mentira. Espero realmente que si un día me vuelvo a encontrar a mi amigo, no nos tardemos treinta minutos de treinta años atrás platicando del clásico modelo Wayfarer con el que él hace que no pase el tiempo sobre mí.




RUBéN

miércoles, 15 de febrero de 2012

Las Etiquetas.

A nadie por lo regular le gusta ser etiquetado. Las famosas etiquetas son aquellas de las que la gente puede decir o describir la personalidad que somos, formar un criterio y hasta saber los gustos que podemos tener en la vida. Y sin embargo a esto, no nos gusta ser etiquetados, pues sentimos ser objeto de decisiones ajenas, como ejemplo, podemos buscar sinónimos del etiquetado al que fuimos merecedores involuntariamente, todo y con el fin de cambiar el nombre de la etiqueta que nos han puesto. Sin remedio alguno somos blanco fácil las personas que por lo regular somos extrovertidas o controvertidas y las etiquetas son realmente muy contrarias a la personalidad de uno, pudiendo ser que se diga algo desde la forma de vestir, del peinado y de lo poco o mucho que ponemos atención en lo que pasa a nuestro alrededor.

Nosotros mismos nos enfrascamos en una personalidad, buscamos nuestras propias etiquetas y solemos decir, cuando, cómo y donde nos gusta vivir dentro de nuestro frasco (mundo) y convivir con la gente del exterior, la que no lleva ni tiene etiquetas, la que se lleva una vida plena y relajada en este etiquetado mundo la que solo espera ver pasar la gente y la vida para etiquetarla a su soberano juicio.



RUBéN

viernes, 10 de febrero de 2012

Y lo que falta.

¿Cuantas cosas saben mejor con el paso del tiempo? ¿Y cuanto tiempo tuvo que pasar para saborear eso? Ahora que me pregunto sin hacer ajena esa experiencia se despeja la duda que tenía cuando escuchaba a las personas mayores decir: "para cuando tengas edad" y que de alguna manera me hacía un efecto de curiosidad de saber por qué no podía hacer uso de eso. Digamos que de algunos juguetes para ensamblar de la bella época de mi infancia era que se mencionaba y se mencionaba. Así de de fácil, ahora en estos tiempos hay juguetes que recomiendan la edad para los niños y hasta los bebes y fácil como el que un niño ahora también pueda manejar una computadora y divertise con los videojuegos de la actualidad. La marca de modelismo a escala LODELA era podría decirse no tanto para jugar sino para realizar verdaderas obras de arte como eran sus aviones, barcos, etc. y sin duda ahí aplicaban las palabras "para cuando tengas edad". En un momento de mi vida he revisado la prehistoria de la música y que ya con anterioridad he posteado sobre ese tema, pero hoy el sentimiento y digo sentimiento de verdad es porque apenas después de hace mucho tiempo me he puesto a ver películas de treinta años atrás, tales como Kramer contra Kramer y Naranja Mecánica, en las cuales como lo repito me ha dado un sentimiento muy especial, nostalgia tal vez o no sé bien, pero ahora que por fin las veo viene la frase que acompañan mi sentimiento: "para cuando tengas edad" aún y sabiendo que existen más cosas que no he visto sé de antemano que con el tiempo podre saborearlas como se puede disfrutar de un buen vino añejo. Y que hoy en día a mi edad puedo sentir algo muy especial por esas películas en las que si bien son viejas acaban de ser nuevas para mí hace unos cuantos días. Como esto espero y pueda seguir disfrutando de todo lo que me falta tan viejo como el tiempo.



RUBéN