Hace poco, unos días tan solo que vi pasar a Laurita de la mano con su Mamá. Una niña de cuatro años de edad apenas y que me parece muy inteligente pues al hablar lo hace con mucha propiedad, más bien me recuerda a esa niña de trencitas que sale en la película de Pedro infante "los tres Huastecos" aunque no tan cantadito con ese ¡voooy! de la tucita.
Pues bien, siendo 25 de diciembre la miré sin nada en las manos y me atreví a preguntarle algo que podría parecer tan sencillo y a la vez que me ha dejado pensando hasta el día de hoy.
-Dime Laurita ¿qué te trajo Santa Claus?
-No, nada, yo no le voy a ese.
-jeje, pero Laurita, Santa le trae a todos los niños.
-No, a mí no, porque nosotros no tenemos chimenea y tampoco hablamos ingles.
Ni siquiera sentí cuando se me había caído la quijada, obviamente me quede sin palabras. La acción seguida de Laurita fue mirar a su Mamá como esperando una calificación, aunque de antemano ella sabía que tenía la medalla de oro en la bolsa. La Mamá de la niña levanto suavemente los hombros y me sonrió deseándome felicidades. Hoy no he visto a Laurita, quiero pensar que su Mamá le ha de haber contado los problemas de Medio Oriente y que por supuesto si esto de verdad se tratara de idiomas lo más seguro es que Laurita recibiera una granada, un misil o un coche bomba, como regalo de parte de los amigos de Oriente Medio. Por lo cual tampoco sería bueno por ninguna manera "irle" a los que podrían ser el último recurso para recibir regalos. Pueden ser tantas cosas, que ahora mismo pienso y digo: ¿Cómo le vamos hacer todos lo mexicanos ahora que vengan las elecciones? ¿Quién nos va a decir a cual no irle? si de verdad no hay ni a quién.
RUBéN
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