tu odio te hace ser un robot
y mi intento es un jenga
pero se queda solo en eso.
Doy el paso a envolverte,
necesito sentirte en mis labios,
sentir ese efecto placebo
sin decir tu nombre mientras estás
entre mis dedos.
Odio y rencor, la esquina de la calle
que no me gusta visitar,
esa manera tan artificial de hacer una tempestad,
semejanzas y diferencias sin poder aplacar.
RUBéN