Las cabinas telefónicas de acrílico ovaladas color naranja. Después de no sé cuantos minutos era la frase que se oía antes de que se cortara la comunicación. El auricular se colgaba del lado izquierdo, en el centro estaba un disco con la numeración del uno al cero para hacerlo girar con el dedo y en la parte superior derecha era donde se depositaban las dichosas monedas para seguir hablando. Esas cabinas me hacían pensar que eran muy modernas y me encantaba verlas en las esquinas de las calles cuando salia con mi Mamá.
RUBéN
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