Siempre he sido fuerte
aunque de pronto cuesta
saber que no volverás.
Es el alma Massiel
donde la ausencia reposa,
donde hace estragos.
Y la piel es donde se
escribieron las palabras de amor
el testigo con heridas.
De mi carne han comido,
con rencor y odio,
a carcajadas infelices.
Es efímero reconstruir torres
que se derrumbarán, pues
mis versos no la resucitarán.
RUBéN
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