Si me preguntas que tengo un alma reversible,
transparente, o sin mancha alguna.
Yo te diré que no, que mis actos no son ofensivos
y que no tengo alma, pues esa eras tú.
Mi cuerpo esta vacío como la lampara aquella
sin su genio maravilloso que concede los deseos.
No es fácil sanar el alma, no cuando se va contra corriente
tratando de olvidar cada instante que regresa.
Olvidar es un intento que me lleva al fracaso por olvidar,
un secreto a voces que no me da resultado.
Con el matiz tan descortés de tu mirada hacia mi
no me queda más que mirar dentro de mi una luz apagada.
RUBéN
No hay comentarios:
Publicar un comentario