Una tarde de antojos puede volverse realidad, una obra de René Magritte y vivirla plenamente, aun si ésta es tan sólo por unos instantes. Bajo el influjo del título “El imperio de las luces” el antojo es un cielo claro con nubes blancas, todo con plena claridad para poder distinguir una parvada de pájaros pasar, cuando abajo no distingo nada de lo que antojo escribir y tengo el antojo encender la luz de la habitación.
RUBéN®
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