Quizá debería hacer el post más detallado de las sensaciones extrañas, pues mientras transcurre el día las ideas me hacen presa fácil de mi mismo. La extraña sensación es como sentir la anestesia en la visita al dentista, mientras que él trabaja y la ausencia de dolor interrumpe su labor de sanar mi muela del juicio y así ser indiferente a su sola presencia siendo que fui yo quien acudió a él. De que sirve el pasado en mi presente, si me hace tambalear mencionándome mil veces el hubiera tan efímero. Si mis estúpidos ejemplos fueran más detallados no me hicieran sentarme aquí intentando con cada letra el exorcismo de mi mente. Un pasado que me hormiguea, que se adueña tan pleno de mí haciendo una segunda parte de la extraña sensación que me produce una honda ausencia del día imaginado. Quizá y si mi grandiosa estupidez no hubiera sido tan detallada hoy no estaría lamentando ni risas, ni besos, ni abrazos, miradas, aromas, colores, lunares y danza. Sólo una segunda parte de un post que menciona lo más extraño en mi vida.
RUBéN